Después de algunos días pésimos de aburrimiento incesante, por fin pude divertirme este fin de semana, y vaya que lo hice.
Chicas, alcohol, buena música, amigos; ¿Qué más puedes pedir? Y es que la noche de ayer fue una de las mejores que he tenido en años. Al principio todo parecía salir mal, no encontrabamos un buen lugar y tuvimos que meternos al que menos se me antojaba, pero qué equivocado estaba, ese lugar lo tuvo todo.
Un pinche antro de la ciudad de Puebla llamado Rumba, todo empezó con el copeo, la plática, el desmadre; pero luego de unos minutos las chicas bailando pegadito hicieron que todo fuera mejor. Y si a esto le agregamos que conocí a unos pinches gringos ebrios que se invitaron las chelas, todo iba perfectamente bien.
Los gringos armaron el desmadre, bailaban una coreografía muy cagada a la que muchos nos unimos (suena de la mierda, pero ¡cómo me divertí!), ninguno hablaba español, curiosamente, creo que hablo muy bien el inglés cuando estoy ebrio, porque platicamos como si nos conociéramos de años.
La noche siguió hasta salir el sol, y me dejó con un agradable sentimiento, aunque un poco de nostalgia también, debido a que fue el último desmadre de las vacaciones de verano y mañana todo regresara a la normalidad.
Adios verano, !CHEERS¡