No recuerdo con exactitud cuál fue la última película mexicana que vi en el cine, puede que haya sido Niñas Mal o La Misma Luna, en verdad no lo recuerdo, esto se debe al simple hecho de que me caga el cine mexicano, en verdad. La mayoría de las películas mexicanas me parecen una patada en los huevos.
Hoy, de muy buena gana, quise tener un nuevo encuentro con este cine que tanto aborresco ¿por qué? Simple, creo que valía la pena.
Es verdad, suena contradictorio lo que escribí arriba, pero, muy de vez en cuando, los cineastas de nuestro país tienen el genio de hacer una buena película, y eso se nota desde el tráiler.
El Infierno, la película en cuestión, no es precisamente una joya o un parteaguas en el cine, pero sí es una película entretenida que refleja la realidad y que, a diferencia de muchas otras películas hechas en nuestro país, no es sólo un drama de dos pesos que gira en torno a las tetas al aire de Martha Higareda o Ana de la Reguera.
No, El Infierno es una película de humor negro que se diferencia de las demás por no tener las clásicas pretenciones de hacer un cine serio y de arte, al contrario, hace algo que realmente nos identifica a los mexicanos: Mofarnos de la desgracia. Esto, a mi parecer, es un buen reflejo de lo que es nuestro país, pero no me malentiendan, yo no creo que México es violencia, muerte y descracia; no, creo que nos refleja por sus personajes, porque estoy seguro de que todos nos podemos identificar con alguno de ellos en cualquiera de los aspectos que se les puedan ocurrir.
Me alegra mucho poder salir de ver una película mexicana y no ir mentándole la madre a los productores, directores o actores que la realizaron. Véanla, la recomiendo ampliamente, este, a mi parecer, es el cine mexicano que debemos apoyar.